Los cómplices de los crímenes cóvidos contra la humanidad siguen abusando de su cargo para "castigar" a los buenos médicos que se oponen a los crímenes y protegen al público. Vídeo y artículo del Epoch Times.
En la historia de los crímenes cóvidos contra la humanidad, Canadá es el hogar de héroes y villanos.
Al igual que el régimen de Trudeau, el Colegio de Médicos y Cirujanos de Ontario sigue ganando notoriedad internacional. He aquí un informe conciso, tanto escrito como en vídeo, del redactor del Epoch Times Matthew Evans-Cockle titulado "Castigados por hacer lo correcto: la batalla por una medicina ética en Ontario".
Autor: Matthew Evans-Cockle
Castigados por hacer lo correcto: la batalla por una medicina ética en Ontario
"¿Qué está en juego con las restricciones relacionadas con el COVID-19 impuestas a los médicos por el Colegio de Médicos y Cirujanos de Ontario?".
"Los doctores Crystal Luchkiw, Patrick Phillips y Mark Trozzi han perdido sus licencias, sus carreras están amenazadas y sus vidas se están viendo empañadas por la desagradable necesidad de continuas batallas legales enormemente costosas. El coste personal que están pagando no es moco de pavo, pero ese coste personal no es lo que les mueve, y no es ahí donde reside la gravedad de esta situación. Estos médicos están luchando por el derecho a atender a sus pacientes de la mejor manera que saben, según determinen sus conocimientos médicos y las necesidades individuales de cada paciente." – Matthew Evans-Cockle
Este artículo y otros grandes materiales están disponibles en La Época Times y The Cariboo Sentinal.
Observo una ausencia total de buena fe en nuestros tratos con la CPSO. Utilizan sucios trucos legales para corromper lo que debería ser un proceso honesto, maniobras solapadas para obstruir las pruebas científicas y periciales, y defienden posturas ridículas como mantener que los experimentos genéticos con cóvidos, que conllevan lesiones y muertes sin precedentes, son "vacunas eficaces seguras."
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Que Dios le bendiga a usted y a su familia. Están en mis oraciones.
Andrea Ezman