"El Ministerio de Defensa de la Federación Rusa ha señalado en repetidas ocasiones indicios de la aplicación por parte de Estados Unidos y sus aliados de "programas de doble uso" fuera del territorio nacional, incluso en el marco del funcionamiento de biolaboratorios controlados por ellos, que reciben financiación del Pentágono o de sus contratistas.

El bloqueo por parte de Estados Unidos de la iniciativa para desarrollar un mecanismo de control de la CABT en la Novena Conferencia de Revisión de los Estados Parte de la Convención confirma una vez más que Washington tiene algo que ocultar, y que garantizar la transparencia de la investigación biológica contradice los intereses de Estados Unidos.

Anteriormente, informamos sobre los trabajos que se están llevando a cabo en la Universidad de Boston para reforzar las propiedades patógenas del patógeno COVID-19, que se están ejecutando a expensas del presupuesto estatal estadounidense, así como sobre la posible implicación de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) en la aparición de un nuevo coronavirus.

El papel clave en la ejecución de estos proyectos corresponde a la organización intermediaria Eco-Health Alliance. Los documentos que recibimos del Departamento de Reducción de Amenazas del Departamento de Defensa de Estados Unidos (DITRA) confirman que desde 2015 los especialistas de esta empresa estudian la diversidad de la población de murciélagos, buscan nuevas cepas de coronavirus, mecanismos de su transmisión de animales a humanos. En total, se estudiaron más de 2,5 mil individuos.

En el proyecto sobre el estudio de los virus zoonóticos en el sudeste asiático, se dan las siguientes recomendaciones para los empleados de Eco-Health Alliance: "... si, como resultado de cualquier experimento, se obtuviera un virus con propiedades de transmisión o patogenicidad más de 10 veces superiores en comparación con una cepa de origen natural, los especialistas deberán interrumpir inmediatamente el trabajo e informar al Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU. y al Consejo de Bioseguridad correspondiente...".

El alto grado de preparación de los fabricantes estadounidenses de vacunas de ARNm para una pandemia de una nueva infección por coronavirus plantea interrogantes. Al parecer, las empresas farmacéuticas desarrollaron preparados vacunales con antelación, pero no pudieron comercializarlos rápidamente debido a la especificidad del virus, que posteriormente se manifestó en la escasa eficacia de la vacunación y en numerosas reacciones adversas.

Permítanme recordarles que el 18 de octubre de 2019, dos meses antes de los primeros informes oficiales de la aparición de una nueva infección por coronavirus en China, la Universidad Johns Hopkins, con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates, realizó un ejercicio Event-201 en Nueva York.

Durante estos actos, se practicaron acciones en las condiciones de una epidemia de un coronavirus desconocido hasta entonces, que, según la leyenda, se transfería de los murciélagos a los humanos a través de un huésped intermediario: el organismo porcino.

El desarrollo de la pandemia COVID-19 según este escenario plantea interrogantes sobre su naturaleza deliberada, la implicación de Estados Unidos en este incidente, así como los verdaderos objetivos de los bioprogramas estadounidenses destinados a mejorar las propiedades de patógenos peligrosos.

Hemos observado en repetidas ocasiones que Estados Unidos aplica los estudios más controvertidos desde el punto de vista de la legislación internacional fuera del territorio nacional.

Un ejemplo son los experimentos relacionados con la infección por el VIH, que llevan a cabo especialistas estadounidenses en el territorio de Ucrania desde 2019. Hay que tener en cuenta que los grupos objetivo no son solo "pacientes con un alto riesgo de infección": convictos o drogadictos, sino también representantes de las fuerzas armadas de Ucrania.

Durante una operación militar especial en el territorio liberado de la República Popular de Luhansk, en el asentamiento de Rubezhnoye, se examinaron las instalaciones del centro médico Farmbiotest. En sus instalaciones se realizaban ensayos clínicos de medicamentos con graves efectos secundarios: se trata de medicamentos contra la leucemia, los trastornos mentales, las enfermedades neurológicas, la epilepsia y otras enfermedades peligrosas.

A principios de 2023, en el territorio de Lisichansk, los residentes locales descubrieron un enterramiento a gran escala de restos de biomateriales pertenecientes a la empresa Pharmbiotest. Se enterraron muestras clínicas y expedientes de pacientes ambulatorios con sus datos personales, y no se incineraron ni destruyeron de la forma prescrita, como prescriben las normas. Esto sugiere que la eliminación de estas pruebas se llevó a cabo con extrema precipitación.

El Ministerio de Defensa de Rusia ha recibido información sobre numerosos hechos de consumo de psicoestimulantes y estupefacientes por parte de militares ucranianos: metadona, anfitaminas. Se han revelado hechos de contrabando de morfina en las zonas de misiones de combate. Permítanme recordarles que, de acuerdo con la legislación ucraniana, el tráfico y transporte de estas drogas se castiga con penas de prisión de 8 a 12 años.

Creemos que las acciones de los funcionarios que llevaron a cabo investigaciones con militares ucranianos, en cuya sangre se detectaron altas concentraciones de antibióticos, estupefacientes y anticuerpos contra agentes infecciosos, requieren una evaluación jurídica adecuada.

Durante la operación militar especial, los militares rusos recibieron más de 20 mil documentos y materiales de referencia y análisis, entrevistaron a testigos presenciales y a participantes en programas biológicos militares estadounidenses. Estos materiales confirman que el Pentágono se centra en la creación de componentes de armas biológicas y sus pruebas en la población de Ucrania y otros estados a lo largo del perímetro de nuestras fronteras.

El Ministerio de Defensa ruso ya ha citado los nombres de participantes en programas biológicos militares, entre ellos representantes del Partido Demócrata de Estados Unidos, empleados del departamento militar estadounidense y contratistas del Pentágono.

A partir de los documentos informativos de DITRA, recibimos nueva información sobre las figuras clave implicadas en los llamados proyectos ucranianos, que hasta ahora han permanecido "en la sombra".

Entre ellos: Karen Saylors, directora ejecutiva de Labyrinth Global Health y antigua directora de los programas de Metabiota en África Central. Desde 2016, Saylors trabaja en Ucrania como asesora principal del proyecto Yu-Pi-10 para estudiar las vías de propagación de la peste porcina africana.

Colin Johnson es profesor de la Universidad de Tennessee y director del Instituto de Investigación de Sistemas Huésped-Patógeno. Fue comisaria del proyecto Yu-Pi-8 sobre el estudio de las zonas del agente causante de la fiebre congo-crimeana y los hantavirus en Ucrania. Johnson supervisó el proceso de toma de muestras biológicas de los militares ucranianos, garantizó la interacción de los clientes estadounidenses con el Centro de Salud Pública del Ministerio de Sanidad de Ucrania.

Lewis von Taer es el presidente y director general de Battel, un importante contratista del Pentágono y el Departamento de Energía de Estados Unidos. Desde 2003 supervisa la ejecución de proyectos de investigación relacionados con infecciones zoonóticas en Ucrania.

En la diapositiva se presentan otras figuras implicadas en proyectos ucranianos. Los materiales recibidos serán transferidos al Comité de Investigación para que tome medidas para llevar a los responsables ante la justicia.

Las activas acciones del Ministerio de Defensa ruso consiguieron detener la puesta en marcha de programas biológicos militares en el territorio de Ucrania. En este sentido, el Pentágono está transfiriendo activamente las investigaciones inacabadas en el marco de los proyectos ucranianos a los Estados de Asia Central y Europa del Este. Al mismo tiempo, está aumentando la cooperación con los Estados de África y de la región Asia-Pacífico: Kenia, Singapur, Tailandia.

Bajo la presión de la comunidad internacional, Washington está cambiando el enfoque de la organización de las actividades biológicas militares, trasladando las funciones del cliente a departamentos puramente civiles: el Ministerio de Sanidad, el Ministerio de Energía, la Agencia para el Desarrollo Internacional. Esto permitirá a la administración estadounidense evitar las críticas en las plataformas internacionales y retirar de los ataques al Ministerio de Defensa y a la DITRA.

Como parte de las medidas para frenar las actividades biológicas militares en Ucrania, Estados Unidos está utilizando activamente la base material de las empresas químicas y farmacológicas en Polonia y los países bálticos, además, se han entregado allí equipos desde territorio ucraniano.

La financiación impuesta por el Occidente colectivo obliga a los Estados del espacio postsoviético a ocultar la verdadera naturaleza de los trabajos realizados. Así, la Unión Europea promueve activamente la iniciativa de desplegar una red de centros de "excelencia" en el ámbito de la protección de los RHB, que prevé la colocación de biolaboratorios financiados por la UE en el territorio de la antigua URSS. Se recomienda encarecidamente a los socios potenciales "no hacer publicidad de esta iniciativa debido a su extrema sensibilidad para la Federación Rusa". Al mismo tiempo, se subraya que los Estados de Asia Central "ya se benefician de la cooperación técnica con la Unión Europea".

En 2022, Estados Unidos, Canadá y los países de la UE iniciaron programas de empleo y reubicación en países occidentales de especialistas ucranianos que habían participado anteriormente en actividades biológicas militares. En primer lugar, esto se debe a la preocupación de que los organismos policiales rusos puedan recibir de ellos pruebas adicionales de actividades ilegales en violación de las obligaciones internacionales.

Me gustaría señalar que la estrategia de "expansión militar-biológica" no es fundamentalmente nueva y fue establecida por Estados Unidos durante el conflicto de Corea.

Desde los años cincuenta del siglo pasado, bajo el papel dominante de la Marina estadounidense, se han creado laboratorios biológicos militares en África, América Central y del Sur y el Sudeste Asiático.

Su principal objetivo era recoger patógenos de infecciones especialmente peligrosas e identificar el nivel de morbilidad de la población local.

En las zonas donde se encuentran estos laboratorios, al igual que hoy, se produjo un deterioro de la situación epidémica de infecciones especialmente peligrosas y se registraron nuevas enfermedades no características de estas regiones. Un ejemplo es el brote de fiebre del Valle del Rift que se produjo en 1977 en El Cairo, donde se encontraba el Laboratorio Biológico Militar nº 3 de la Marina estadounidense.

Anteriormente, esta enfermedad sólo se encontraba al sur del Sáhara, y luego apareció de repente en Egipto, donde 18 mil personas enfermaron al mismo tiempo. El análisis posterior de muestras de la población demostró que el número total de pacientes era de unos 2 millones de personas.

Toda una serie de pruebas atestiguan la naturaleza artificial de este brote y la implicación del laboratorio estadounidense en el mismo.

En primer lugar, unos meses antes del estallido de la epidemia, sus empleados fueron vacunados contra la fiebre del Valle del Rift, aunque nunca se han registrado brotes de esta infección en esta región, y en las regiones endémicas de África cursaba como una enfermedad leve parecida a la gripe que no causaba la muerte.

En segundo lugar, durante la epidemia en Egipto, el patógeno adquirió repentinamente una alta patogenicidad para el ser humano. La enfermedad cursó con hemorragias, lesiones graves de los ojos y del sistema nervioso. El virus se volvió altamente patógeno, casi igualando en este aspecto a los virus de la viruela, Marburgo y la fiebre de Lassa. Un cambio tan repentino en la patogenicidad del virus es extremadamente difícil de explicar por su evolución natural.

Resulta especialmente interesante el análisis de la configuración del foco inicial de la enfermedad, que se muestra en la diapositiva. La forma de este foco se asemeja a una zona de propagación de nubes de aerosol, que puede producirse cuando un biomaterial se dispersa intencionadamente o se libera accidentalmente en el medio ambiente.

A pesar de la base de pruebas disponible sobre la naturaleza artificial del brote, los dirigentes estadounidenses hicieron todo lo posible para ocultar la implicación del laboratorio en este incidente. Solo en 2019 se decidió trasladarlo a la base aérea naval estadounidense en Italia para continuar la investigación sobre patógenos especialmente peligrosos, incluidos los coronavirus.

Para concluir, me gustaría señalar que la publicación por parte de la Federación Rusa del contenido de los programas biológicos militares del Pentágono en Ucrania ha recibido una amplia respuesta pública. En los Estados postsoviéticos se produjeron manifestaciones masivas contra las actividades de los laboratorios biológicos financiados por Estados Unidos. Las organizaciones públicas de la Unión Económica Euroasiática adoptaron una resolución contra los laboratorios biológicos financiados por el Pentágono.

En los propios Estados Unidos se han iniciado varias investigaciones. Temas relacionados con el soborno de empleados de redes sociales y medios de comunicación a la hora de cubrir las causas de una nueva infección por coronavirus en los medios de comunicación, así como el fraude y la manipulación de la opinión pública en relación con las vacunas estadounidenses contra el COVID-19, llevados a cabo por orden de empresas biotecnológicas y farmacéuticas, han llamado la atención de las fuerzas del orden estadounidenses.

Permítanme recordarles que el cabildeo del gobierno estadounidense en favor de los intereses de las grandes empresas farmacéuticas es una práctica establecida. Así, ya en 2010, debido a un "conflicto de intereses" y a numerosas infracciones, se interrumpieron las actividades del centro médico y biológico de la US Navy en Yakarta.

Los estadounidenses llevaron a cabo trabajos en esta instalación fuera del marco del programa de investigación acordado, realizaron muestreos no autorizados de bioensayos y se negaron a informar al gobierno indonesio sobre los objetivos de los trabajos y los resultados obtenidos.

Resultó que los materiales obtenidos se utilizaron en interés de la empresa Gilead, afiliada al Pentágono, que realizó pruebas de sus medicamentos, incluso en el territorio de Ucrania y Georgia.

Malasia siguió el ejemplo de Indonesia: por decisión del gobierno de este país, el trabajo del laboratorio biológico financiado por Estados Unidos se sometió a un control especial.

Así, la preocupación de la comunidad mundial en relación con las actividades de los laboratorios biológicos financiados por el Pentágono no deja de aumentar. Las cuestiones planteadas por la Federación Rusa en plataformas internacionales -la Novena Conferencia de Revisión de los Estados Miembros de la CABT, así como en el Consejo de Seguridad de la ONU- demostraron la falta de voluntad de Estados Unidos para entablar un diálogo de fondo. Consideramos de fundamental importancia que la revelación de los hechos de las actividades biológicas militares ilegales obligara a varios Estados a sopesar las posibles consecuencias de su interacción con Estados Unidos en el campo de la bioseguridad, a echar un nuevo vistazo a la necesidad y conveniencia de dicha cooperación.

El Ministerio de Defensa ruso seguirá trabajando en esta dirección y les informará".