Por desgracia, tratar a los cóvidos de forma segura y eficaz va en contra de la agenda de la empresa criminal cóvida. La CCE tiene las manos metidas dentro de un montón de marionetas de carne en el gobierno, los hospitales, las escuelas, las universidades, los medios de comunicación y muchas otras instituciones.

En apoyo de la matanza de altos beneficios y el autoritarismo, los títeres de carne en el timón burocrático del Hospital General Sentara Norfolk en Virginia, emitieron un decreto que múltiples medicamentos que salvan vidas no pueden ser utilizados en su hospital. A falta de un tratamiento temprano adecuado con estos medicamentos, los pacientes del hospital empeoraban y eran trasladados a la UCI. Incluso en la UCI, los medicamentos estaban bloqueados y las únicas opciones permitidas eran los protocolos inefectivos de alta rentabilidad. Los médicos lo sabían, pero tenían las manos atadas. El Dr. Marik se encontró viendo morir a la gente y sin poder utilizar tratamientos que conocía muy bien. Entre los muertos había personas de 30 y 40 años.